viernes, 30 de noviembre de 2012

EL EMBARAZO Y EL CONTROL DEL PESO

Siendo el embarazo una experiencia única, las mujeres deberíamos ser conscientes de que probablemente el origen de todos los males se esté gestando también en  ese mismo momento. De hecho, ya existen formas de predecir el riesgo de obesidad infantil en función a los hábitos de vida de sus progenitores.

¿Cómo afecta nuestra salud en la de nuestros hijos?

            Tal y como nos acaba de recordar la Ministra de Sanidad, Ana Mato, la cifras que se están barajando de obesidad infantil son realmente alarmantes (26 % de sobrepeso y 19% de obesidad) y está demostrado que la obesidad en estas edades se relaciona con obesidad en la edad adulta.  Esta obesidad se desarrolla ya desde la gestación, por lo que somos nosotras las primeras que tenemos que poner cartas en el asunto y tomarnos muy en serio la obesidad en el embarazo.
            Dependiendo del peso que se tenga antes del embarazo, una mujer gana un promedio de 11 a 13 Kg de peso. Ese peso añadido es necesario tanto para el bebé como para la madre y es importante para la lactancia materna. Sin embargo, en el fondo de nuestra mente siempre está la duda de si después del embarazo se va a poder recuperar el peso original ocasionando un estrés psicológico que también afecta al desarrollo del feto. Comer de forma saludable te va a aportar tanto bienestar físico como psíquico.
La falta de sueño y el estrés es lo peor que puedes hacer mientras que comer bien y hacer ejercicio, incluso embarazada es fundamental. Pero lo que no solemos hacer en el control del peso es poner la suficiente atención a un aspecto fundamental, la fibra.
Los alimentos ricos en fibra circulan más rápidamente por el tracto gastrointestinal, lo que nos facilita la digestión ya que el sistema digestivo se encuentra comprimido. La incorporación de más fibra nos sacia más y nos sentimos mejor con menor cantidad de alimentos.
Junto con estos beneficios también debemos saber que esta demostrado que la fibra mejora nuestro perfil bioquímico de azucares y grasas , así como, el estreñimiento que se da con frecuencia en el embarazo porque los cambio hormonales reducen el movimiento intestinal y por la presión añadida que ejerce el útero. Pero, sobre todo, tenemos que tener claro que es lo que entendemos por fibra y diferenciarlo con otro tipo de productos como los fitoesteroles muy publicitados en los productos alimenticios como reductores del colesterol, que pueden aparecer a concentraciones 5 veces por encima de lo habitual en la dieta y que están contraindicados en el embarazo. Por el contrario los laxantes consistentes en aumentadores de volumen, tipo plantaben (plantago o llantén) sí  pueden ser utilizados, pero como todos los mucílagos con abundante cantidad de agua (150 ml por cada 5 g). En casos de estreñimientos más acentuados y duraderos se podría tambien estudiar la posibilidad de utilizar laxantes estimulantes como el Sen.

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